Voy a darte un consejo, nunca desaproveches las oportunidades. ¿Por qué? Es muy sencillo, se van rápido. Son como las estrellas fugaces, pasan de repente y si no estás atento te las pierdes. Las oportunidades también dependen de personas como tú y como yo. Personas que tienen una paciencia y ésta a su vez unos límites. Cuando alguien te brinde una oportunidad no juegues con ella, aprovéchala. Da igual el miedo que te cause, las dudas que tengas... si de verdad quieres hacerlo, hazlo. La inseguridad solo te traerá problemas.
sábado, 13 de julio de 2013
Arrepentirse es de idiotas.
Estoy segura de que en algún momento todos nos hemos arrepentido por haber hecho o haber dejado de hacer algo. Pero si te fijas bien, eso de arrepentirse es un callejón sin salida, imagínate:
Un día cualquiera tienes la oportunidad de tirarte en paracaídas. Supongamos que aceptas, y a la hora de abrir el paracaídas algo falla, no se abre, te asustas. Meses después te despiertas en un hospital y te dicen que llevas todo ese tiempo en coma por la trágica caída. ¿Qué pasa entonces? Te arrepientes.
Imagínate ahora que por miedo o inseguridad no hubieses aceptado, puede que no vuelvas a tener esa oportunidad en tu vida. Te arrepientes igual.
Tomes la decisión que tomes tienes la opción de arrepentirte pero, ¿de qué sirve? La vida está para vivirla, si te arrepientes de cada uno de los pasos que das o dejas de dar pierdes el tiempo. ¿Qué más da si aquella decisión fue la correcta o no? Fue la que tomaste tú, la que viviste y la que no olvidarás. Una experiencia más para el bolsillo. Tú eliges tus experiencias, no te lamentes después, ellas definen tu vida.
Recuerda y sonríe.
Ya han pasado días, quizá meses, desde que conociste a esa persona, ¿te acuerdas de todas las conversaciones, discusiones e idas de olla? En efecto, te acuerdas y sonríes. ¿Y qué más da? no hay nada de malo en sonreír, los buenos momentos están para eso, para sonreír cuando los recuerdes. ¿Cuál es la parte mala? El no poder compartir esos recuerdos con esa persona, la que te hizo vivir todo aquello, la que no te dejaba dormir por las noches porque no tenía el valor de irse de tu cabeza, no te dejaba en paz. Pero a ti te gustaba, por eso tú también lo hacías, te colabas en su cabeza y le hacías suspirar.
Qué bonito, ¿no? Pues se acabó, todo tiene su final y este llegó hace días, meses. ¿Por qué? Culpa de terceros.
Y ahora te preguntas, ¿se seguirá acordando de todo esto? No lo sabes. Ya no puedes saber lo que piensa cuando le miras a los ojos. Pero tranquila, se acuerda. Los buenos momentos no se olvidan así. Vosotros vivisteis muchos.
PD: Recuerda y sonríe como tu solo lo hacías
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